viernes, 31 de julio de 2009

Crítica de vuenosairez.com a Una familia dentro de la nieve


Una Familia dentro de la Nieve

El pasado mixturado con el presente, la presencia con tanto peso como la ausencia, la tristeza evocada en el decir alegre de una familia anclada en lo que pudo ser y lo que es.

Una familia vive en un hotel. Una madre (Adriana Ferrer) evoca constantemente las vivencias de un pasado que la consume. El relato la vincula con su hijo (Gabriel Urbani) quien la interpela constantemente con preguntas existenciales que la sumergen –aun mas- en un oscuro estado anímico. Cuatro hijas son quienes respiran una atmósfera distinta. El bloque emocional que edifican está construido en base a una sonrisa siempre presente y sus constantes parloteos recorren el pasado a puro optimismo. Sostienen cándidos juegos de palabras para describir la densa atmósfera que las rodea y muestran siempre su fuerza de carácter, dulzura y fe que será determinante en la destino de esta familia.
Lo notable de esta obra dirigida por Diego Brienza es el peso logrado tanto en las palabras como en lo referente al manejo corporal de los actores. Cada uno de los personajes conserva su propio estado y sus cuerpos se conectan en nuevas texturas emocionales que poco a poco y entre todos irán reconstruyendo. La Dirección junto a la coreografía (Bárbara Hang) logra insuflarle credibilidad a una puesta en escena que los ubica a cada uno en su propio espacio sin vinculación entre unos y otros. La madre en una silla en penumbra solo saldrá de allí, y de su trance, cuando el presente la llame. Su hijo ubicado en el otro extremo del escenario le contara su dolor.
En el centro las cuatro hijas con un impecable vestuario (Cecilia Zuvialde) potencian sus universos mágicos, que a su vez se refuerzan, con una representación de una colorida Leningrado que sirve de sustento para recordar a un padre que un día dijo adiós.
La utilización del idioma Ruso por parte del padre (Horacio Marassi), es un elemento que encaja a la perfección en la obra, pues ese lenguaje nos habla de esta familia compleja, distinta y mágica al mismo tiempo. Encontramos aquí este punto esencial, sugerido de la obra, ya que madre, hijo, hijas y padre componen universos sin más vinculación que la propia distancia que tienen entre sí.
La dramaturgia (Guillermo Agengo) no se baña en un río caudaloso para arrastrarnos a una mar sin sentido. Las palabras son precisas, concretas, y bien dirigidas en contar qué pasa y qué les pasa. “Una Familia dentro de la Nieve” es una bella obra coral, musical y poética, con actuaciones impecables que cuentan, sugieren y dan vida a personajes queribles y potentes, apoyándose en una precisa dramaturgia y en una gran dirección. Imperdible.
Hugo Correa

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